
El siguiente escrito lo encontramos en una web inmobiliaria, y dice así:
La misma clase social burguesa y emprendedora que animó a las mentes a descubrir nuevas facetas del arte, fue también la que empujó a Terrassa a moldearse en el siglo XIX como una de las cunas industriales más importantes de toda autonomía. Instituciones de la talla de la Cambra Oficial de Comerç i Indústria de Terrassa o la Mina d'Aigües dieron el pistoletazo de salida a la que sería la ciudad de las chimeneas.

Las chimeneas son otro de los grandes legados de la etapa industrial de Terrassa, resultando destacables de la de la fábrica Saphil , la del Museo Nacional de la Ciencia y de la Técnica, la de la plaza Didó o la de la plaza de Salvador Espriu. Entre todas ellas, la que quizá nos sorprenda más de todas ellas sea la de la Bòbila Almirall, una construcción de auténtico récord gracias a sus 63 metros de altura y sus 234 escalones.
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