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sábado, 28 de julio de 2007

NUEVAS INVESTIGACIONES

Miguelángel Pichardo Cabrera, nieto de Miguel Pichardo Lepe, fundador de las afamadas Bodegas Pichardo, nos confirma que su abuelo antes de 1910 compró la casa número 48 de la calle Almirante Pinzón (actual Real), donde hoy se ubica la confitería de Amparo Lara. De hecho nos afirma que su padre nació en esa casa en 1905, lo que es perfectamente coherente pues, según nuestro archivo municipal, en 1904 fue cuando la familia Verdier -venida a menos- comenzó a vender (a trozos, por su gran extensión) toda su extensa finca de la bodega y dependencias anexas.

Pero… ¿A quién o a quiénes iba a vender Verdier unas instalaciones bodegueras sino a personas entendidas y metidas en el negocio vinatero, para aprovechar así éstas dichas instalaciones bodegueras? Por eso, su gran bodega (y su adjunta casa de morada) las vendió a Julián Espinosa Escolar, un consagrado bodeguero pero que destilaba en Almonte, mientras que la chimenea y su torre-alambique las vendió al joven Miguel Pichardo Lepe, que por aquel entonces comenzaba a prosperar como bodeguero...

Esta aportación de Miguelángel corroboran, por tanto, en la hipótesis de que Pichardo sí llegó a utilizar la chimenea de Verdier, aunque por poco tiempo pues desde principios de siglo amplió el negocio pero en otra parte, es decir, en la esquina de la calle de las Huertas (Carlos M. Morales) y ya a principios de los años veinte en la esquina con la calle Pilar (actual Cooperativa).

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